martes, 28 de agosto de 2007

EPILEPSIA Y TERAPIAS ALTERNATIVAS/COMPLEMENTARIAS



¿Alguien tiene información sobre la epilepsia y su tratamiento con terapias alternativas/complementarias? Fragmentos de libros, artículos de revistas, páginas webs, terapeutas…
Si conocéis alguna información y queréis compartirla conmigo, yo estaré encantada de recibirla y publicarla en este blog.

Recientemente he conocido la Biodanza y creo que puede ayudar mucho a niños (y adultos) con esta “enfermedad”. Desde aquí invito a los facilitadores de Biodanza a que me envíen su opinión sobre este tema.

Palabras clave de esta petición:
-Epilepsia y terapias alternativas/complementarias
-Epilepsia y terapias corporales.
-Epilepsia y Biodanza.

Espero vuestra participación.

Un abrazo
Merche
http://epilfancia.blogspot.com/

Aspectos Históricos del Tratamiento Farmacológico de la Epilepsia



Tamara Roussó, Anay Cordero, Yamira Rodríguez, Idalmis Suárez, Esther Alonso.
Departamento de Farmacología del Instituto de Neurología y Neurocirugía de Cuba.

Resumen: En el presente trabajo se realiza una revisión histórica de los diferentes tratamientos que se han empleado para la epilepsia, abarcando desde la antigüedad hasta nuestros días. El artículo recorre diferentes períodos tales como: La creencia entre los Incas y Aztecas de que la epilepsia era debido a la acción de espíritus malignos y el tratamiento se valía de métodos mágicos y religiosos; el comienzo de la terapia farmacológica en la segunda mitad del siglo XIX a partir del empleo de los bromuros, el descubrimiento de las propiedades antiepilépticas del fenobarbital por Alfred Hauptmann en 1912 y de la fenitoína por H. Houston Merrit y Tracy Jackson Putnam en 1937, hasta la introducción de nuevos fármacos antiepilépticos tales como la vigabatrina, gabapentina, lamotrigina, levetiracetam, etc, en la década de los noventa.

Summary: In the present work, we make an historical revision on the different treatments that had been employed for epilepsy since ancient times through the present. This article reviews different periods such as: the believe between the Incas and the Aztecas that the cause of epilepsy was the action of malignant spirits and the basements of the treatments in magical and religious methods; the starting of pharmacological treatment in the XIX century with the use of bromides, the discovery of the antiepileptic drug phenobarbital by Alfred Hauptmann in 1912, phenytoin by H. Houston Merrit and Tracy Jackson Putnam in 1937, through the introduction of new antiepileptic drugs such as lamotrigine, tiagabine, vigabatrine, levetiracetam, etc. in the nineties.

A través de la historia de la humanidad, el desarrollo del tratamiento de la epilepsia ha evolucionado lentamente, desde el uso de métodos mágicos y religiosos hasta el tratamiento farmacológico con las nuevas generaciones de antiepilépticos. El siguiente trabajo tiene como objetivo realizar una revisión acerca de los diversos tratamientos que se han utilizado desde la antigüedad hasta el nuevo milenio.

INICIO
Antes del siglo xix, los acercamientos terapéuticos a la epilepsia estuvieron rodeados por una atmósfera de miedo y misticismo. El hombre antiguo no podía encontrar fundamento alguno a esta rara enfermedad que podía provocar súbitamente la aparición de fuertes contracciones, la expulsión de espuma por la boca o la pérdida repentina de la conciencia, salvo que no fuese debido a la acción de demonios o a indicación de algún castigo divino sobre la persona que la padecía. Esta creencia estuvo presente en diferentes tipos de cultura. Distintas comunidades relacionaban la epilepsia con la magia y el tratamiento se apoyaba muchas veces en métodos de adivinación para curar la enfermedad.

Paul Broca, eminente antropólogo y cirujano francés, comentó en 1867 acerca de un cráneo peruano precolombino que presentaba una trepanación. Según Broca, la trepanación había sido llevada a cabo mientras la persona estaba viva. Posteriormente, estudió cráneos más antiguos encontrados en Francia y que también presentaban trepanaciones. En 1870, Broca concluyó que el hombre antiguo atribuía las convulsiones a espíritus diabólicos para los cuales la trepanación podía constituir una vía de escape. (1)

Lazcaratos y Zi,(2) reportan en su artículo acerca de la epilepsia del Emperador Miguel IV, el Paflagonio, las descripciones brindadas por los cronistas e historiadores de la época. Este emperador reinó desde el 1034 al 1041 n.e. A partir de los estudios realizados de las crónicas de aquella época, se dedujo que sufría de ataques tónico-clónicos. Según expresaba la opinión popular, su enfermedad era como una posesión demoníaca que constituía un castigo divino por el adulterio e intento de asesinato cometidos por el emperador.

Tanto los aztecas como los incas relacionaban la epilepsia con la religión y la magia. El médico-curandero desempeñaba un papel importante recurriendo a métodos de adivinación para encontrar la solución. Los incas y especialmente los aztecas, usaban un gran número de medicinas botánicas y preparaban diversos remedios a partir de elementos naturales. (3) Cruz-Campos reporta algunos de los tratamientos utilizados(4). Entre las plantas empleadas se encontraban el alhelí y la pimpinela; de los animales se utilizaban la sangre y la carne del cóndor, la llama, la golondrina, el zorzal, el puma y el perro. También empleaban un polvillo obtenido a partir del raspado de piedras.

En su artículo: “Historia de la epilepsia en la medicina iraní medieval” Gorji menciona las recomendaciones generales referidas por dos de los médicos más brillantes de su tiempo: Rhazes (860-940 n.e) y Avicena (980-1037 n.e), quienes aconsejaban evitar la natación, el calor fatigante, mirar objetos brillantes incluyendo el sol y la luna y evadir las emociones fuertes. Eran recomendados los masajes con aceite de sésamo, castor y narciso desde la zona del pecho hasta los órganos bajos. Consideraban de gran importancia además, la comida y la dieta. La terapia dietética jugaba un papel fundamental en el manejo de los epilépticos, ejemplo de ello lo constituía la abstinencia de zanahoria, cebollas, productos derivados de la leche, frutas secas, pescado y vino.(5)

INTRODUCCIÓN DE LOS BROMUROS
Con el transcurso del tiempo el interés médico continuaba enfrascado en descubrir un tratamiento adecuado para la epilepsia, dado que no se había encontrado medicamento alguno que mostrase efecto. No fue hasta la segunda mitad del siglo xix que se reportaron un número de sales inorgánicas de bromuros por producir un buen efecto sedante y fueron aceptadas en la práctica médica. Sir Charles Locock en 1857, utilizó el bromuro de potasio para el tratamiento de las crisis catameniales. Él reportó su éxito a la Real Sociedad Médico-Quirúrgica introduciendo la terapia farmacológica para las epilepsias. Este descubrimiento, permitió a otros médicos administrar bromuros a sus pacientes y observar la disminución de la frecuencia de las crisis, lo que favoreció el establecimiento de su eficacia y la subsecuente sustitución de la terapia no farmacológica. Fue así que comenzó el tratamiento moderno de las epilepsias.(6-9)

Los bromuros fueron administrados a pacientes epilépticos durante largo tiempo. Muchos pacientes toleraron está exposición crónica pobremente. Cuando la administración era prolongada, resultaba común la aparición de síntomas sicóticos. En 1875, Voisin describió una intoxicación dosis dependiente con psicosis y signos neurológicos. (10)

Durante un período de 50 años, los bromuros pasaron a ser la base de la terapia farmacológica para la epilepsia, debido a la ausencia de otros agentes efectivos. (11,12)

INTRODUCCIÓN DEL FENOBARBITAL
En 1912, H. Hoerlein alteró la estructura del Veronal (dietilfenilacetamida) con el objetivo de obtener un compuesto sedante más estable, para ello, sustituyó un radical fenilo por uno de los dos radicales etilos en el anillo del ácido barbitúrico obteniendo como producto de la reacción el ácido 5,5 feniletilbarbitúrico (fenobarbital). (13) Dicho compuesto fue comercializado por la firma Winthrop con el nombre de Luminal como hipnótico-sedante. En ese mismo año aparecieron reportes en la literatura alemana relacionados con su uso clínico. Alfred Hauptmann, psiquiatra y neurólogo alemán, reportó una disminución en la frecuencia de crisis de un paciente epiléptico que había recibido fenobarbital. Las siguientes experiencias clínicas reafirmaron la eficacia de este fármaco como antiepiléptico. El fenobarbital probó ser más efectivo y menos tóxico que los bromuros en los pacientes que lo tomaron. (14-17)

Con el transcurso del tiempo, conocido el éxito logrado con el fenobarbital se intentaron utilizar otros barbitúricos; como el mefobarbital, el cual comenzó a emplearse para el tratamiento clínico en el año 1932 y la primidona en 1952. La actividad de dichos fármacos resultó semejante a la de su predecesor y fueron comercializados para un uso similar. (18-20)

INTRODUCCIÓN DE LA FENITOÍNA

En 1937, Spiegel reportó una nueva técnica de electroshock para producir convulsiones experimentales en el cráneo intacto. (21) H. Houston Merrit y Tracy Jackson Putnam realizaron una técnica similar, en ese mismo año, para probar la actividad anticonvulsivante de diferentes compuestos con el propósito de encontrar nuevos fármacos que mostrasen ventaja sobre los antiepilépticos existentes hasta ese momento. Entre 1936 y 1945, Merrit y Putnam usaron su técnica experimental para probar más de 700 compuestos. En uno de sus trabajos, los posibles anticonvulsivantes probados fueron divididos en tres grupos: compuestos que eran relativamente inefectivos a bajas dosis y solo mostraban efecto a dosis que producían narcosis completa; compuestos que eran inefectivos y compuestos que eran efectivos a dosis que no producían narcosis, aunque producían reacciones adversas a las dosis utilizadas. Dentro del tercer grupo se encontraba la difenilhidantoína (fenitoína), la cual resultó uno de los compuestos que mostró una mayor actividad anticonvulsivante combinada con un menor efecto sedante. (22-25) Debido a que los estudios toxicológicos de la fenitoína fueron bien tolerados por los animales de laboratorio, se pasó a los ensayos clínicos. En septiembre del año 1938 Merrit y Putnam publicaron en la revista JAMA el artículo titulado: “Difenilhidantoína sódica en el tratamiento de las enfermedades convulsivas”, (26) donde se propusieron determinar la efectividad de este compuesto en humanos. Para ello seleccionaron 200 pacientes que habían tenido crisis convulsivas frecuentes durante años y que habían obtenido poco o ningún beneficio con los tratamientos empleados usualmente (bromuros, fenobarbital, dieta cetogénica). Los resultados demostraron que la difenilhidantoína sódica fue efectiva en el control de las crisis convulsivas en parte del grupo seleccionado de pacientes. (27) En 1939, el Consejo de Farmacia y Química de la Asociación Médica Americana, aceptó la difenilhidantoína dentro de los Remedios Nuevos y No Oficiales comercializándose con el nombre de Dilantin. Este fue indicado para los “pacientes epilépticos que no eran beneficiados por el fenobarbital o los bromuros y en aquellos en los cuales estos fármacos provocaban reacciones adversas desagradables”. (28) Influyeron en su rápida comercialización la ausencia de un efecto sedante, el número de epilépticos para quienes los barbituratos o los bromuros eran inefectivos y la mejoría observada cuando la fenitoína era adicionada al tratamiento con barbituratos.
Años después, se introdujeron dos análogos de la fenitoína, la mefenitoína y la etotoína en 1947 y 1957 respectivamente. (8)

ANTIEPILÉPTICOS INTRODUCIDOS DESPUÉS DE LA FENITOÍNA

Después de la introducción de la fenitoína, comenzó a comercializarse en Estados Unidos la trimetadiona en el año 1946, como fármaco de elección para las crisis de ausencia. (8,29)

Con el tiempo se fueron desarrollando nuevos ensayos para determinar la actividad anticonvulsivante de otros principios activos. Entre los grupos estudiados se encontraban las succinimidas, estas eran químicamente distintas al grupo de las hidantoínas y los barbituratos de larga duración y resultaron efectivas en el tratamiento de las crisis de ausencia. Las primeras en comercializarse fueron la fensuximida y la methsuximida (1953 y 1957 respectivamente).

Posteriormente se propuso en el año 1958 una tercera, la etosuximida, que se convirtió en el fármaco prototipo de este grupo. (30,31) La methsuximida resultó ser tan efectiva como la etosuximida pero más tóxica y la fensuximida era menos efectiva que las otras dos (19,32-34).

Aunque el número de fármacos antiepilépticos había aumentado, existían pacientes que padecían determinados tipos de crisis que no podían ser controladas con los medicamentos existentes.

En 1963 se realizó el primer ensayo clínico del diazepam, el cual se comenzó a comercializar en Estados Unidos en el año 1968 y que pertenecía al grupo de las benzodiazepinas. Este se convirtió en el fármaco de elección para el tratamiento del estatus epiléptico. (35,36) Posteriormente se incluyó el clonazepam , que resultó efectivo en el tratamiento del síndrome Lennox-Gastaut y como una variante en las crisis de ausencia y mioclónicas. (37) Con el paso del tiempo, se han ido incluyendo otras benzodiazepinas que poseen acción antiepiléptica, la mayoría de estas son 1, 4 benzodiazepinas y estas incluyen al clorazepato y al midazolam. El clobazam, una 1, 5 benzodiazepina, constituye también un antiepiléptico efectivo. (38)

En 1968 fue aprobada la carbamazepina inicialmente para el tratamiento de la neuralgia del trigémino. Este compuesto, derivado de los iminoestilbenos está emparentado químicamente con los antidepresivos tricíclicos. La carbamazepina ha resultado uno de los fármacos antiepilépticos más comúnmente prescritos y a partir de 1974 constituyó un fármaco de primera elección en las crisis parciales complejas y en las crisis generalizadas. (19,39,40)
En 1978, el ácido valproico fue comercializado en Estados Unidos para el tratamiento de las crisis de ausencia. Aunque el valproato fue sintetizado en 1881, su actividad anticonvulsivante permaneció desconocida hasta su redescubrimiento ochenta y dos años después cuando fue utilizado como solvente para la búsqueda experimental de nuevos compuestos antiepilépticos. Su actividad clínica antiepiléptica fue demostrada en 1964 y fue comercializado en Francia tres años más tarde. (41) Su amplia distribución en Europa y los reportes de su eficacia clínica abrieron su licenciamiento en Estados Unidos. El valproato resultó ser un antiepiléptico de amplio espectro que se utiliza en las epilepsias generalizadas idiopáticas con ausencia, crisis tónico-clónicas y en las crisis parciales complejas y mioclónicas (8,42,43)

NUEVAS GENERACIONES
Desde 1978 hasta 1992, ningún antiepiléptico fue licenciado en los Estados Unidos. Durante este tiempo, los fármacos ya establecidos, principalmente la fenitoína, el fenobarbital, la primidona, la carbamazepina, el valproato y la etosuximida constituían los fármacos de elección para el tratamiento de la epilepsia. Posteriormente se introdujeron nuevos antiepilépticos en Europa, Estados Unidos y otras partes del mundo. El felbamato inició esta segunda generación que abarcó los fármacos aprobados desde 1993 hasta el 2000. El mismo se utilizó en la monoterapia de las crisis tónico clónicas o parciales y como una terapia adjunta en niños con el síndrome Lennox-Gastaut, pero debido a la alta incidencia de anemia aplásica asociada con su empleo, tanto los fabricantes como la FDA, recomendaron su eliminación del mercado. (44) En los años siguientes, comenzaron a estar disponibles la lamotrigina, el topiramato, la gabapentina, la vigabatrina, la tiagabina, oxcarbazepina, levetiracetam y zonizamida. (45-48) Algunos representan modificaciones estructurales de compuestos pre-existentes y otros han sido desarrollados con el objetivo específico de modificar la función neurotransmisora. Como resultado, existe un amplio número de antiepilépticos alternativos para el tratamiento de cada tipo de epilepsia, sobre todo en el mejoramiento del control de las crisis generalizadas secundarias y parciales. (49) En general, la nueva generación se caracteriza por mostrar menor potencial de interacciones farmacológicas que los clásicos, este es el caso, por ejemplo de la vigabatrina y la gabapentina, las cuales son eliminadas por vía renal sin transformación y tienen un potencial pequeño de interacciones. (50) A diferencia de los antiepilépticos más antiguos, la vigabatrina, la lamotrigina, la gabapentina y la tiagabina están libres de propiedades inhibitorias o de inducción enzimática significativa. Además de ello, son frecuentemente mejor tolerados cuando son empleados en monoterapia o como terapia adjunta.(51-54)

CONCLUSIONES
El siglo xx fue testigo del desarrollo y progreso de los fármacos antiepilépticos, ahora en pleno siglo xxi, la búsqueda de nuevas generaciones se mantiene vigente. Los científicos, conjuntamente con los clínicos, continúan en su empeño para encontrar antiepilépticos más efectivos asociados a una menor cantidad de efectos adversos, disminuyendo de este modo la razón riesgo-beneficio al ser utilizados en la práctica clínica.



REFERENCIAS
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http://www.medicosecuador.com/revecuatneurol/vol12_n1-2_2003/aspectos_epilepsia.htm

miércoles, 22 de agosto de 2007

DESEO QUE TODOS LOS NIÑOS...



Deseo que todos los niños del mundo sean respetados
desde el día en que nacen en todo lo que hacen.

Deseo que todos los niños del mundo sean escuchados
los niños son sabios
escucha las palabras que pronuncian sus labios.

Deseo que todos los niños del mundo no sean comparados.
Las diferencias que observes, son las que los harán únicos y especiales,
adornarán su personalidad y a través de ellas se reconocerán.

Deseo que todos los niños del mundo no sean juzgados y etiquetados.
Para enseñar que algo pudieron hacer mal, mejor hablar y hablar,
pero ante todo que tu conducta sea ejemplar.

Deseo que todos los niños del mundo puedan disfrutar de su infancia,
experimentando, relacionándose, equivocándose y jugando sin parar
piensa que esto es como entrenar
cuando sean adultos en su vida diaria lo reproducirán.

Deseo que todos los niños del mundo se puedan expresar,
sino lo hacen ahora, más tarde su opinión no darán
¿para qué hablar?... nadie me va a escuchar…

Deseo que el mundo sea habitado solo por ellos,
porque grandes y pequeños todos lo contenemos
si lo dejamos escapar
o si lo escondemos…
para evitar que le hagan daño
viviremos la vida al cincuenta por ciento.

MERCHE ESCURSELL

sábado, 11 de agosto de 2007

Epilepsia: Una enfermedad que se vive en secreto



La epilepsia es la enfermedad neurológica más frecuente en todo el mundo: 70 de cada 100 mil habitantes la padecen. Sin embargo, los avances que la medicina ha realizado en su diagnóstico y tratamiento no se han dado a nivel social, y las personas epilépticas ocultan su condición por miedo a sufrir algún tipo de discriminación. Entender lo que les pasa es primordial para ayudarles a mejorar su calidad de vida.

Miles de años antes de Cristo, las antiguas culturas india y babilónica hacían referencia a la sintomatología, el diagnóstico y el tratamiento de la epilepsia. En la búsqueda del origen de este desorden, cada civilización hizo interpretaciones que se relacionaron con la superstición, los poderes sobrenaturales y la posesión demoníaca. De hecho, la creencia, extendida en muchos países, de considerar que lo que le sucedía a quien sufría una crisis epiléptica era producto de una fuerza o energía sobrenatural se reflejó en el nombre otorgado a este desorden: epilepsia deriva de la palabra griega epilambanein, que significa “agarrar” o “atacar”. El término seleniazetai también fue utilizado para describir a gente con epilepsia, ya que pensaban que la persona era afectada por el dios de la luna (Selene).

Los babilónicos asociaban cada tipo de crisis al nombre de un dios, generalmente malvado, y el tratamiento era, en gran parte, una cuestión espiritual. Esta visión fue la precursora del concepto de “enfermedad sagrada” dominante en la civilización griega en la época de Hipócrates (460-357 a.C.), aunque el “padre de la medicina” fue el primero en considerar que la epilepsia era un desorden que tenía su origen en el cerebro.

Fueron necesarios alrededor de dos mil años para que, en el siglo XIX, cuando la neurología emergió como disciplina distinta de la psiquiatría, este punto de vista fuera aceptado. Los trabajos del neurólogo londinense Hughlings Jackson ayudaron en este sentido: en 1873 propuso que las crisis epilépticas eran el resultado de breves descargas electroquímicas repentinas en el cerebro, y que las características de las mismas dependían de la localización de estos impulsos.

Con mayor precisión y conocimiento de este fenómeno, producto de los avances médicos y científicos, esa sigue siendo la forma en que se entiende hoy la epilepsia, la patología neurológica más frecuente en el mundo. Según datos de la Organización Mundial de la Salud (OMS), afecta en promedio a 70 de cada 100 mil personas, sin discriminación de edad, sexo o limites geográficos. La incidencia, no obstante, puede variar entre los países desarrollados (50 personas/100 mil) y en vías de desarrollo (100 personas/100 mil) debido a que en estos últimos hay mayor riesgo de infecciones y enfermedades que ocasionen daños cerebrales que puedan traer aparejado este desorden.

“La epilepsia es una enfermedad que no está limitada a determinadas poblaciones. Su incidencia es muy antigua y no ha variado a lo largo del tiempo, excepto por lo que pueda haber influido la accidentología, ya que en ocasiones los traumatismos encéfalo-craneanos pueden causar epilepsia”, puntualiza José Luis Dillon, jefe del servicio de Neurología del Hospital Alejandro Korn, de Melchor Romero. “Y, aunque puede manifestarse en cualquier momento de la vida –agrega -, la niñez-adolescencia y la tercera edad, son las dos etapas donde se presenta con mayor frecuencia”.

Origen y manifestaciones
La epilepsia puede tener diversas causas e, incluso, ser el síntoma clínico de otros problemas orgánicos. Las lesiones cerebrales, los traumatismos, las malformaciones congénitas, las anomalías metabólicas, los tumores y las secuelas de algunas enfermedades o infecciones –como la meningitis- pueden, en algunos casos, originar este desorden neurológico.

Pero, en muchos otros, estas descargas eléctricas excesivas y repentinas (crisis) de las células cerebrales no tienen una causa identificable. A este tipo de epilepsia se la conoce como epilepsia idiopática, y tendría algún componente genético en su origen.

“En este tipo de casos hay una historia frecuentemente familiar. Muchos estudios demuestran que, estadísticamente, existe cierta predisposición, cierta prevalencia a que algunos miembros de la familia puedan tener este desorden”, explica Dillon.

La característica clínica más importante de la epilepsia es la variabilidad y heterogeneidad de sus manifestaciones, en virtud del lugar donde se focalice la descarga y de la causa que promueva estos ataques. Las crisis pueden ser focales o generalizadas.

“Cuando la descarga es generalizada se manifiesta con la pérdida del conocimiento seguido, muchas veces, de contracciones musculares (convulsión) y, posteriormente, un estado de relajación y sueño que puede durar unos minutos. Cuando la descarga es más localizada en el cerebro, las crisis son parciales o focales y pueden manifestarse con la contracción, por ejemplo, de un brazo y una pierna, el parpadeo rápido, o con alteraciones de la percepción, entre otras cosas. La pérdida del conocimiento y la convulsión son una forma de respuesta del cerebro”, señala el neurólogo.

Aunque se suele relacionar la epilepsia con las convulsiones generalizadas - donde quien sufre la crisis se desploma, pierde el conocimiento y sufre la contracción involuntaria de sus músculos -, no todos los ataques tienen este tipo de manifestación, ni todas las convulsiones son producto de esta enfermedad.

“Las ausencias son otro tipo de crisis en las cuales se produce una interrupción brusca de la conciencia que puede ser muy, muy fugaz, casi imperceptible, o durar el tiempo suficiente como para que alguna persona pueda notarlo – indica Dillon. Es un tipo de epilepsia que predomina en la infancia. Si el chico, por ejemplo, está escribiendo, se produce una interrupción de su actividad consciente y cesa un instante en el curso de su escritura. Es como si desconectáramos, a través de un interruptor, un aparato eléctrico, una luz, y la volviéramos a encender inmediatamente. Cuando termina esa ausencia, la actividad vuelve a ser normal”.

Diagnóstico y tratamiento
El desarrollo del electroencefalógrafo humano, en la década de 1920, y su aplicación en el decenio siguiente, contribuyeron a ampliar el conocimiento sobre la epilepsia: esta técnica reveló la presencia de las descargas eléctricas en el cerebro, demostró la existencia de distintos “patrones de descarga” asociados a diversos tipos de crisis, y ayudó a localizar el sitio donde éstas se producían, ampliando así las posibilidades de tratamientos neuroquirúrgicos.

Según comenta Dillon, “desde el antiguo electroencefalograma –que sigue vigente para poder determinar esas manifestaciones eléctricas anormales del cerebro- hasta los modernos diagnósticos por imágenes (como la resonancia magnética nuclear, la tomografía computada, la tomografía por emisión de positrones), hay actualmente un arsenal de métodos que permiten hacer el diagnóstico no sólo de la epilepsia, sino de muchas enfermedades o lesiones que pueden producirla”.

Los principales tratamientos que se utilizan para esta patología son a base de medicamentos antiepilépticos y anticonvulsivantes, orientados a prevenir la aparición de crisis y brindarle al paciente una especie de “escudo” para que, en el eventual caso de que aparezca la descarga, esté protegido y no se produzca la convulsión.

“Hoy en día hay medicaciones muy modernas que son muy efectivas. La mayor parte de los pacientes se beneficia muchísimo con el tratamiento y puede lograr un control sobre su enfermedad, siempre que cumpla con las indicaciones y los chequeos correspondientes”, advierte.

Si bien existe la posibilidad de algún tipo de operación para erradicar el lugar de la descarga, “debe quedar claro -asegura el neurólogo- que son aplicables solamente en casos especiales, muy limitados, es decir, de alguna manera tratamientos extremos"

Miedo y discriminación
Si bien la epilepsia es una enfermedad conocida desde épocas remotas, quienes la padecen han sido, a través del tiempo, sometidos a un estigma enorme, marginados, tratados como parias y castigados.
Las leyes del siglo XIX, en virtud de la creencia de que este desorden se heredaba, establecían que se debía encarcelar a los epilépticos para prevenir su matrimonio o se les realizaban esterilizaciones obligatorias. Hasta 1956, la legislación norteamericana preveía esta última medida -que también fue llevada a la práctica en la Alemania nazi-, y la prohibición del matrimonio recién se abolió hace diez años, en 1982. Además, y hasta la década del ´70, a estos pacientes se les prohibía el acceso a edificios públicos, restaurantes, teatros y otros lugares de recreación.

Estudios recientes realizados en Italia, Alemania y Estados Unidos señalan que entre el 15 y 20 por ciento de los epilépticos en edad laboral están desempleados, mientras que entre el 40 y el 60 por ciento son empleados por debajo de su capacidad.

Por estos motivos, en 1997, la OMS, la Liga Internacional contra la Epilepsia –que representa a profesionales y médicos- y el Bureau Internacional de la Epilepsia –representa a pacientes y familiares- lanzaron la campaña global “Salir de las sombras”, con la intención de dar a conocer el alcance y la frecuencia de este trastorno, y tratar de minimizar el rechazo social que sufren quienes lo padecen.
Parte de esta iniciativa consistió en difundir los nombres de personajes como Julio César, el Zar ruso Pedro “el grande”, el Papa Pio IX, el escritor Fiodor Dostoievski, y el pintor holandés Vincent Van Gogh que sufrieron epilepsia.
“Lo importante –opina Dillon - es entender que el epiléptico puede desarrollar una vida normal, y que lo que le sucede obedece, en muchos casos, a un problema orgánico que es tratable”.

Sin embargo, aún hoy muchas personas creen equivocadamente que este desorden es una forma de enfermedad o retraso mental, que hay que tenerle miedo a los ataques, o que se deben tomar medidas drásticas de asistencia para ayudar a la persona en crisis.

Según aconseja Dillon, “en el eventual caso que nos toque presenciar una crisis, es fundamental que entendamos que el ataque convulsivo no es una cosa grave, ni lo va a ser. El paciente pierde el conocimiento, cae, tiene un momento en el que se pone rígido y, después, pueden aparecer algunas sacudidas musculares y un trastorno respiratorio muy notorio. Pasada esa fase, que dura unos segundos, el paciente pasa a un período de sueño, con un ronquido manifiesto, y posteriormente se despierta”.

“Pero es primordial aclarar –enfatiza- en que no debemos hacer nada. Una vez que se instaló la convulsión, no es posible intervenir para interrumpir la crisis. No es conveniente, y podría agravar el cuadro”.

Qué hacer ante una crisis

- Mantenga la calma y espere que pase la crisis. Nada que usted pueda hacer detendrá el episodio.
Entienda que tratar de intervenir puede complicar el cuadro.

-Separe todo objeto que pueda lastimar a la persona en crisis.

-Cuide que no se golpee contra algo duro.

-Apoye su cabeza preferentemente de costado y, en lo posible, sobre algo blando (saco doblado, zapato).

-No sujete ni interfiera en sus movimientos. Tampoco trate de reanimar al sujeto. Recuperará la conciencia en pocos minutos.

-No le abra la boca ni coloque pañuelos u otros objetos entre los dientes.
-Si la crisis durara más de diez minutos, o si se repitiese inmediatamente, llame al médico.

-No le de nada de beber.

Epilepsia y embarazo
Muchas de las drogas usadas para controlar la epilepsia pueden producir alteraciones y malformaciones en el feto, si el embarazo se produce mientras la paciente está bajo tratamiento. Por ello, es conveniente que aquellas mujeres epilépticas medicadas en edad de procrear, o que estén planificando un embarazo, consulten previamente e informen a su neurólogo sobre esta posibilidad.

El especialista evaluará el caso y recomendará las modificaciones posibles en el tratamiento, con el fin de evitar complicaciones y garantizar la salud del bebé.

http://www.estarinformado.com.ar/pag%20salud/salud-1.htm

viernes, 10 de agosto de 2007

Luc Delannoy: MÚSICA Y NEUROCIENCIAS




Busca experto demostrar que la música es tan indispensable como respirar o comer

Luc Delannoy dictará una conferencia sobre sonoridad y emociones, en el Cenidim.

Uno de los retos del filósofo y musicólogo Luc Delannoy consiste en ''demostrar científicamente que la música es indispensable para la sobrevivencia del ser humano. Tanto como respirar y comer".

Para ello, desde hace 15 años se adentró en el estudio y la aplicación de las neurociencias, en específico de la neuromusicología, campo que permite entender cómo funciona el aprendizaje y proponer métodos de enseñanza distintos, así como evitar problemas físicos, motores o neurológicos.

Nacido en Bruselas, Bélgica, en 1955, el especialista en fenomenología, hermeneútica y neuromusicología sostiene que la musical es una facultad inherente a la naturaleza humana y no una capacidad adquirida, sin negar las funciones culturales y sociales que cumple el arte sonoro.

Autor de Carambola y Caliente! Una historia del jazz latino, libros editados por el Fondo de Cultura Económica, Delannoy dictará hoy, a las 12 horas, la conferencia Las emociones y la música, en el Centro Nacional de Investigación, Documentación e Información Musical Carlos Chávez (Cenidim), en Churubusco y Tlalpan.

-¿Por qué relaciona el estudio de la filosofía con el de la musicología? -se le pregunta en entrevista con La Jornada.
-Estudié ambas disciplinas porque pienso que van de la mano, y comencé a abordar las neurociencias hace 15 años. Esto, porque me encontré en un callejón sin salida en el ámbito filosófico y miré por las ciencias a ver si éstas podían formular nuevas preguntas que la filosofía no podía atender. Entonces relacioné la neurociencia con la filosofía, la filosofía de la ciencia, la filosofía de la mente y obviamente la música.
Me pareció normal o natural tender un puente entre filosofía y neurociencias. Dentro de éstas se encuentran la neuroestética y la neuromusicología. La primera, enfocada más al aspecto de la corteza visual; mientras la segunda se enfoca más a la corteza auditiva.

-¿Cuál es el objeto de estudio de la neuromusicología?
-Es el estudio de la mente musical, por tanto, del cerebro musical. Hasta la fecha se ha estudiado la música para entender al ser humano, pero nosotros lo hacemos a la inversa: estudiamos el cerebro humano para entender la música.
Los descubrimientos de todas las zonas cerebrales que involucra la música permiten entender mejor cómo funciona el ser humano y el aprendizaje, y proponer métodos de enseñanza distintos para evitar problemas físicos, neurológicos o motores en los alumnos.

Naturalizar la música, es decir, buscar sus fundamentos naturales, permite entender mejor al ser humano, y al entenderlo mejor podemos desarrollar actividades, metodologías nuevas que le faciliten integrarse mejor a la sociedad y, con ello, proponer un mundo distinto.

De eso se trata. No hay una ideología detrás de todo eso, pero sí una propuesta diferente de sociedad hacia un mundo distinto, en el cual, por ejemplo, la conciencia estética del hombre pueda desarrollarse y dedicar más tiempo a las expresiones artísticas y la cultura que a otras actividades. Todo mundo se está matando y es mejor dedicarse a actividades del espíritu.

Además, a nivel de musicoterapia, al entender mejor los procesos neuronales, pueden desarrollarse propuestas nuevas para ayudar a niños con autismo, síndrome de Down y otros problemas de salud mental. En México, los de déficit de atención son de los más comunes. Por ello una organización me pidió desarrollar algo con base en la musicología. En el terreno práctico, sí hay muchas cosas que hacer, y ahí se demuestra que la filosofía es algo práctico, no sólo abstracto."
La música es una facultad natural
-¿La musicalidad es una facultad inherente a la naturaleza humana o un conocimiento adquirido?
-Este aspecto implica un debate sobre innatismo, es decir, si nacimos con una mente virgen o si ya hay algo en ella al nacer. Soy defensor de esta teoría y creo que nacemos con facultades innatas, entre ellas predisposiciones musicales. Esto significa que la forma que tiene el recién nacido de relacionarse con el mundo exterior y su propio mundo interno es protomusical.
El cerebro es un órgano que se autorganiza, sin embargo, ya están presentes las facultades y lo que hace uno con ellas depende del entorno social. La música es, por tanto, una facultad natural, no un conocimiento cultural. Esto no significa que no tenga funciones culturales ni sociales."

-¿Cómo se relaciona la música con el factor inteligencia y las emociones?
-En el mundo occidental hubo una relación muy estrecha entre filosofía, matemáticas y música. Después de Egipto y Babilonia, hubo una ruptura fuerte en las matemáticas griegas, la cual se debió al filósofo Parménides, quien fue el primero en introducir el razonamiento apagógico, es decir, el razonamiento por lo absurdo; por ejemplo, para demostrar que algo es verde, se demuestra que no es de otro color.
Este razonamiento fue aplicado a las matemáticas, y las matemáticas griegas en aquel tiempo comenzaron a introducir razonamiento deductivo para demostrar algo. Allí nació la primera crisis de las matemáticas, crisis que no se aplicó a la música.

Posteriormente hubo una especie de triángulo en el que, por un lado, estaba Pitagóras, del otro lado Parménides y arriba Aristoxenus, teórico griego que hizo de la música una disciplina autónoma. Las tres áreas estaban muy relacionadas desde el principio. Luego, la música comenzó a desarrollarse de manera autónoma.
La segunda revolución grande fue el invento, entre comillas, de la notación musical en Occidente y la revolución de Galileo. Allí se volvieron a encontrar matemáticas, filosofía y música.

Menciono esto porque Pitágoras pensaba que la música era un número; Aristoxenus, su discípulo, consideraba que la música generaba emociones y sensaciones, y que lo importante en la música es precisamente ese aspecto sensorial al que Pitágoras no prestaba atención.
Desde aquel tiempo, en el mundo occidental se ha concebido a la música o de forma demasiado matemática, que la esencia de la música es el número; o al contrario, que la música provoca sensaciones, emociones, reacciones físicas.
Ahora, las emociones no son sólo cerebrales, implican reacciones de organismo y cuerpo. Sí hay una relación muy fuerte entre las músicas y las emociones.

En cuanto a la inteligencia, primero debemos definirla. Platón consideraba que lo mejor que puede pasar es el mundo inteligible, es decir, el mundo del intelecto, el mundo de la razón; luego vino Aristóteles y consideró que no era tan así, que hay también el mundo sensible.

En el sentido de intelecto y razonamiento, la música tiene que ver con eso, pero no exclusivamente. Me voy por la tangente, y podremos decir que hay emociones inteligentes, o el ya famoso concepto de la inteligencia emocional. Pero ese es otro rollo.

ANGEL VARGAS

10/03/06


http://www.jornada.unam.mx/2006/03/10/a05n1cul.php

http://concienciamusical.blogspot.com/ (blog Luc Delannoy)

martes, 7 de agosto de 2007

Repercusión cognitiva de las epilepsias precoces




[REV NEUROL 2007; 44:S43-S45] PMID: 17523110 - Ponencia - Fecha de publicación: 21/05/2007

Introducción. Periódicamente se suscita el debate sobre la inocuidad o la nocividad de las crisis epilépticas precoces sobre el cerebro en desarrollo. Desarrollo. Se valoran los resultados de los estudios clínicos que refieren la evolución cognitiva a largo plazo de los niños que padecieron epilepsias precoces, es decir, en niños con inmadurez cerebral: epilepsias neonatales, síndrome de West, síndrome de Dravet, epilepsia mioclónica benigna de la infancia, epilepsia mioclonicoastática y síndrome de Lennox-Gastaut, y también se refiere la influencia nociva de algunos fármacos antiepilépticos, como el fenobarbital y el valproato, en el cerebro inmaduro.

Conclusión. La repercusión negativa de las epilepsias precoces en el cerebro inmaduro es indudable, con menoscabo, a veces muy intenso, del desarrollo cognitivo, por lo que se hacen las siguientes recomendaciones: diagnóstico electroclínico precoz, tratamiento inmediato, cambio ágil de fármaco si persisten las crisis, evitar el fenobarbital y el valproato, y ensayar otros fármacos o compuestos que han demostrado tener un efecto neuroprotector en los estudios experimentales.

J.L. Herranz


Palabras clave: Epilepsias precoces - Evolución cognitiva - Fármacos antiepilépticos - Inmadurez cerebral

http://www.neurologia.com/sec/resumen.php?or=web&i=e&id=2007232# Si quieres descargar texto completo entra aquí.

lunes, 6 de agosto de 2007

PROBLEMAS DE APRENDIZAJE Y LENGUAJE EN NIÑOS EPILÉPTICOS



II CONGRESO INTERNACIONAL DE NEUROPSICOLOGÍA EN INTERNET

PROBLEMAS DE APRENDIZAJE Y LENGUAJE EN NIÑOS EPILÉPTICOS
LEARNING AND LANGUAGE (SPEECH) DISORDERS IN CHILDREN WITH EPILEPSY


F. MULAS (A,B) , S. HERNÁNDEZ (B), C.M. ETCHEPAREBORDA (C)
(a) Servicio de Neuropediatría Hospital Universitario La Fe
(b) Instituto Valenciano de Neurología Pediátrica (INVANEP)
(c) Centro de Neurodesarrollo Interdisciplinar (RED CENIT)

Abstract
The association of neuropsicológicas alterations to the epilepsy in the childhood is widely known. His origin it is necessary to look for it in the fisiopatología of the epilepsy as neurological disease and in the bases of the adaptive cerebral plasticity. The existence of electrical unloadings, in absence or presence of clinical crises, is related directly to atencionales problems, of memory, limitation in the ling5uísticas, visuoespaciales and executive capacities, determining learning difficulties. The early age of beginning of the epilepsy, the secondary etiología, the refractariedad to the treatment that conditions the necessity of politerapia and the negative experience of the disease, influences in the association of neuropsicológicas alterations. The type of epilepsy determines the affectation of more specific functions, for that reason the memory is affected more in the partial epilepsies of temporary lobe and the attention in the generalized epilepsies. The epilépticos children present/display upheavals of the recent memory, atencional deficit and psicomotora slowness, that determine learning problems. These problems worsen when they associate difficulties with the language and the lectoescritura, that happen in temporary partial epilepsies or epilepsies with injuries in left hemisphere happened of delayed form. The early injuries can determine a hemisférica transference of the function of the language. In the neuropsicológica exploration of the epiléptico boy, we must include specific explorations of cerebral functions and specific functions hemisphere. A series of epilépticos children is analyzed, describing the incidence of problems of learning and of lenguaje.


Resumen
Es ampliamente conocida la asociación de alteraciones neuropsicológicas a la epilepsia en la infancia. Su origen hay que buscarlo en la fisiopatología de la epilepsia como enfermedad neurológica y en las bases de la plasticidad cerebral adaptativa. La existencia de descargas eléctricas, en ausencia o presencia de crisis clínicas, está relacionada directamente con problemas atencionales, de memoria, limitación en las capacidades lingüísticas, visuoespaciales y ejecutivas, determinando dificultades de aprendizaje. La edad temprana de comienzo de la epilepsia, la etiología secundaria, la refractariedad al tratamiento que condiciona la necesidad de politerapia y la vivencia negativa de la enfermedad, influyen en la asociación de alteraciones neuropsicológicas. El tipo de epilepsia determina la afectación de funciones más específicas, por ello la memoria se afecta más en las epilepsias parciales de lóbulo temporal y la atención en las epilepsias generalizadas. Los niños epilépticos presentan trastornos de la memoria reciente, déficit atencional y lentitud psicomotora, que determinan problemas de aprendizaje. Estos problemas se agravan cuando asocian dificultades con el lenguaje y la lectoescritura, que ocurren en epilepsias parciales temporales o epilepsias con lesiones en hemisferio izquierdo ocurridas de forma tardía. Las lesiones tempranas pueden determinar una trasferencia hemisférica de la función del lenguaje. En la exploración neuropsicológica del niño epiléptico, debemos incluir exploraciones específicas de funciones cerebrales y funciones hemisferio específicas.

http://www.serviciodc.com/congreso/congress/confer/Mulas.html

miércoles, 1 de agosto de 2007

BLOG VACA Y COL



Para ver más sobre niños ves a:


http://vacacol.blogspot.com/

INSTITUTO MÉDICO DEL DESARROLLO INFANTIL - BARCELONA



DR. JORGE FERRÉ (Miembro del Institutuo Médico del Desarrollo Infantil)

C/Isla de Cuba 7, 1º 2ª SITGES
Tel. 93-810-27-76

http://www.jorgeferre.com/
Mail: info@jorgeferre.com


-Control preventivo del desarrollo neuro-senso-psicomotriz del bebé.
-Alteraciones del desarrollo neuro-senso-psicomotriz.
-Alteraciones de la lateralidad: Cruces laterales y lateralidad contrariada.
-Fracaso escolar y problemas de aprendizaje de causa neurofuncional.
-Homeopatía infantil y de adulto.
-Trastornos de la atención e hiperactividad. Síndrome de Estrés Post-traumático de la infancia.
-Disfunciones del Cuerpo Calloso.

ARTÍCULOS EPILEPSIA J. Artigas-Pallarés




http://www.psyncron.com/es/articles/article_epilepsia.html

Implicaciones psicológicas y sociales de las epilepsias del adolescente.
J. Artigas-Pallarés. REV NEUROL 1999; 28: 43-9.
http://www.psyncron.com/es/docs/epilepsia2.pdf


Manifestaciones psicológicas de la Epilepsia en la infancia.
J. Artigas-Pallarés. REV NEUROL 1999; 28 (Supl 2): S 135-41
http://www.psyncron.com/es/docs/epilepsia1.pdf


Trastornos psicopatologicos en las epilepsias infantiles
Trabajo sobre aspectos psicopatologicos en las epilepsias infantiles basado en el cuestionario CBCL (Achenbach). 1997
http://www.psyncron.com/es/docs/epilepsiapsicopatologia.pdf

Psyncron es un centro orientado al diagnóstico y tratamiento de los niños que presentan dificultades en sus aprendizajes; Barcelona


PSYNCRON

Psyncron es un centro orientado al diagnóstico y tratamiento de los niños que presentan dificultades en sus aprendizajes, en su conducta o en la relación con sus compañeros. En conjunto, estas dificultades están presentes en un 10-15% de la población escolar. En los últimos años se ha generado una enorme aportación científica sobre estos problemas del desarrollo infantil.

Psyncron pretende acercar al pediatra, a los educadores y a todos los profesionales involucrados en el desarrollo del niño, las aportaciones diagnósticas y terapéuticas sobre el conjunto de estos trastornos.

Psyncron trata que la intervención sea lo más fácil posible para el niño y para la escuela; y lo menos costosa para la familia, poniendo como premisa inicial, que bajo ningún concepto se debe permitir que el niño entre en una espiral de fracaso y desmotivación, de la cual le puede ser muy difícil salir.

Psyncron reúne un equipo formado por profesionales de la: Neuropediatría, Pediatría, Psiquiatría infantil, Psicología clínica, Neuropsicología, Lenguaje y Pedagogía



http://www.psyncron.com/es/index.html

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