sábado, 19 de enero de 2008

La importancia del desarrollo psicomotor del ser humano


COMIENZA A FORMARSE EN EL VIENTRE MATERNO
Laura Otamendi, Psicomotricista, trabaja en la ciudad de Puerto Madryn sobre el desarrollo psicomotor de las personas, desde que comienzan a formarse en el vientre materno.

A este respecto, realizó una nota en la cual afirmó, entre otras cosas, lo siguiente.Pareciera que los niños pudieran desarrollarse solos.

Un niño “sano” tendría que madurar sin inconvenientes. Sin embargo, algunos de ellos, que son orgánicamente sanos poseen retrasos en su maduración. Permiten ver síntomas a través de su cuerpo, de sus movimientos, de su tono postural, en definitiva, de su comunicación.

Cabe destacar que, cuando se habla del desarrollo de un niño, se hace en un tiempo cronológico, en evolución. Un cuerpo que crece y madura de acuerdo a leyes neuromotoras.

El desarrollo motor se inicia en la cabeza y el cuello, sigue luego hacia el tronco y los miembros pero, para que se despliegue, requiere de la estructuración del psiquismo. Este período se encuentra demarcado por quien ejerza la función materna, de tiempos de sueños, deseos e imágenes.La madre o quien desempeñe la función materna da sentido al hacer del bebé. Dialoga con su hijo, juega con un tono de ternura. Anticipa y resignifica el quehacer del bebé, escenas que tocan y trastocan el desarrollo orgánico.Esto lo hace singular, disarmónico, donde se arma un cuerpo que no tiene que ver con el órgano.

A fin de conocer características de los trastornos típicos que pueden sufrir los niños en su desarrollo psicomotriz y madurativo, se detallan a continuación una serie de pautas a tener en cuenta por los padres.Este tipo de trastornos es muy difícil de definir. Refleja alteraciones en las que se ven afectados varios aspectos del desarrollo del niño. Por tanto, es de suma importancia intervenir lo antes posible debido a que el trastorno puede repercutir en forma negativa en otras áreas del niño.Están íntimamente ligados al mundo afectivo de la persona, con lo cual debe contemplarse la globalidad del individuo. Las manifestaciones de cada trastorno son muy individuales en cada caso, pese a que comparten rasgos básicos comunes. Los más habituales son los siguientes:

-Debilidad motriz. Los niños suelen presentar tres características: torpeza de movimientos, paratonía (el niño no puede relajar el tono de sus músculos de forma voluntaria) y sincinesias (evocación de un movimiento en un grupo muscular por la actividad de otro).
-Inestabilidad motriz. El niño es incapaz de inhibir sus movimientos y la emotividad que se encuentra ligada a ellos. No puede mantener un esfuerzo en forma constante y se dispersa con facilidad.
-Inhibición motriz. Los niños se muestran tensos y pasivos. Poseen un temor a la relación con los otros y esto les hace inhibir los movimientos amplios y los que lo harían llamar demasiado la atención.
-Retrasos de maduración. Son característicos de niños con inmadurez afectiva, actitud infantil y regresiva, dependencia o pasividad.
-Disarmonías tónico-motoras. Refieren a alteraciones en el tono muscular y se relacionan con las variaciones afectivas y las emociones.
-Trastornos del esquema corporal. Se diferencian en dos grupos: los referentes al conocimiento y representación mental del propio cuerpo y los referidos a la utilización del cuerpo. Característicos de estos grupos son la asomatognosia, donde el sujeto es incapaz de reconocer alguna parte de su cuerpo y los trastornos de la lateralidad, que son causa de alteraciones en la estructuración espacial y en la lectoescritura.

“Lo psicomotor es nuestra manera única y original de estar en el mundo”.

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