jueves, 31 de mayo de 2007

TEXTO DEL LIBRO DIME QUE TE DUELE...

La epilepsia, cuando no tiene un origen orgánico directo (tumor), es una forma grave de desconexión del consciente, y es el sistema nervioso autónomo el que sufre los efectos. Los momentos conocidos como “de proceso automático” representan esa desconexión del sistema central en provecho del sistema autónomo. Es muy interesante comprobar que la epilepsia está “producida”, mecánicamente hablando, por descargas eléctricas intensas en grupos de neuronas determinadas localizadas en algunas regiones del cerebro, concretamente en le córtex cerebral.
En esa fase nos hallamos en las dimensiones elevadas del individuo. El nivel emocional profundo, la necesidad de elevación espiritual, de sutileza es muy importante para la persona. Si bien estas necesidades son intensas, también son inconscientes.
A nivel consciente, el individuo se comporta o lleva un estilo de vida, la mayor parte del tiempo, radicalmente diferente al de sus expectativas profundas (reales, idealizadas, fantaseadas o no). La distorsión en ese momento es tan fuerte que el Maestro interior provoca una desconexión con la realidad al mandar electrochoques tan violentos e intensos como son las descargas eléctricas, y que son la base del fenómeno mecánico de la epilepsia.
Lo que resulta aún más interesante de comprobar es que la epilepsia se agrava notablemente con el alcohol y se calma con la medicación química que corta la relación del individuo con el inconsciente. La acción del alcohol en lo inmediato es inversa a la de los medicamentos. Levanta la censura impuesta por un inconsciente “aprendido”. Además, el alcohol, con el tiempo, acaba destruyendo el hígado. Esta acción adquiere todo su significado si tenemos en cuenta que la “cuestión filosófica” asociada con el hígado es la de la identidad de uno mismo que responde a la pregunta: “¿quién soy yo?”.
El epiléptico es, frecuentemente, una persona decepcionada de sí misma por su incapacidad de actuar, de decidir, aunque no tenga conciencia de ello. Este estado se vive mal, con profunda angustia y produce una tormenta interior, que, a veces, explota con gran violencia interna (crisis de epilepsia) o externa (expresada físicamente).

LIBRO: DIME QUÉ TE DUELE Y TE DIRE POR QUÉ
Michael Odoul

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