Durante los primeros días en que se comienza a tomar un depresor del SNC recetado, la persona generalmente se siente somnolienta y con falta de coordinación. Sin embargo, a medida que el cuerpo se va acostumbrando a los efectos de la droga, estas sensaciones empiezan a desaparecer. Si se usan estas drogas por largo tiempo, el cuerpo desarrolla una tolerancia hacia la droga y necesitará dosis más fuertes para lograr los mismos efectos iniciales. Además, el uso continuo puede conducir a la dependencia física y, cuando se reduce o interrumpe su uso, al síndrome de abstinencia.
Como los depresores del SNC trabajan disminuyendo la actividad cerebral, cuando una persona deja de tomarlos, la actividad cerebral puede acelerarse fuera de control pudiendo producir convulsiones u otras consecuencias dañinas. El síndrome de abstinencia después del uso prolongado de depresores del SNC puede causar complicaciones que ponen en peligro la vida del usuario.
Si se usan los depresores del SNC con estas otras sustancias, especialmente con el alcohol, pueden disminuir la respiración o incluso disminuir ambos, el ritmo cardíaco y la respiración, lo que pudiera ocasionar la muerte.
Los Depresores se clasifican en: CANNABIS (marihuana), TRANQUILIZANTES, ALCOHOL, OPIACEOS, BARBITURICOS, INHALABLES que se datallan a continuación.
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