Hasta el 30 de marzo es posible participar en el juego, que otorga premios a los alumnos, a sus tutores y centros educativos, a través de http://www.obrasocialcajamadrid.es/.
La página cuenta con recursos e información para docentes. José Manuel Pérez Ares, padre y educador del Colegio “Pablo VI-Fátima” de La Rúa (Orense), nos explica a continuación la doble importancia del juego como un derecho para los niños y como un recurso para el aprendizaje y la socialización: Soy educador, especializado en Educación Primaria. Pero sobre todo, soy padre. Y digo esto porque es a través de mi hija como mejor he constatado todo lo que a continuación voy a escribir. Jugar va mucho más allá de un derecho del niño. Jugar va unido a la oportunidad de relacionarse y participar en actividades culturales y artísticas. Le permite al niño tener diferencias experiencias e intercambiar con otros niños, aprender a compartir y disfrutar. Pero este derecho nos compete a los padres y no sólo a educadores o a un gobierno. Cierto es que este último debe proporcionar espacios para juego, recursos para tiempo libre, el acceso igualitario de materiales y juguetes. Pero la personalidad se forma más en el hogar que en el colegio, y mucho más en el entorno social inmediato, con los compañeros de juego.
Sin embargo, desde el sistema escolar se está presionando al niño para que cada vez, a más temprana edad, entre a una Educación formal en la que el juego tiene escasa cabida. No sólo se minimiza el potencial del juego en el aprendizaje, sino que también se está olvidando la importancia del juego en el desarrollo emocional y afectivo de los niños. Un niño que juega es un niño que ama la vida, que entiende y tolera situaciones difíciles, que ama a quienes le rodean, es un niño que sonríe y es feliz.
El juego es un derecho que tiene todo niño y una oportunidad que tenemos los adultos de pasar un buen rato y de aprender. Impedirle jugar es robarle la infancia al niño, anticipar la vida adulta. El juego es acción, es construir, discutir, atrapar, correr... Los expertos aseguran que del juego depende su desarrollo físico, emocional y espiritual. ¡Por eso, es tan grave que un niño no duerma, como que no juegue! Y es que además los niños aprenden a través del juego a compartir, ganar, perder, socializar, tolerar, respetar, conocer límites, asimilar la realidad, a soñar y mucho más... Gracias a La Aventura Universal de los Derechos Humanos de la Obra Social Caja Madrid, nuestros alumnos aprenden y se divierten, deseamos continuar en vuestra “órbita”. ¡Ánimo y adelante!
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